"Lo que llamamos unidad, el objeto parcializado, o la expresión minima es lo que se infiere al primer indicio de ocupación de la ausencia, por que efectivamente, esa unidad ocupa un espacio virtual o físico.
Esa aparente completa autonomía de la unidad, que es inteligible, es causa o causal de la relación con lo otro, es una simbiosis de existencia, se reivindican mutuamente y de manera constante la ausencia y la ocupación.
También se puede inferir, siguiendo esta línea de ideas, que para que exista una ocupación como tal debe existir un límite; y no hablamos de un límite como un determinante, por que es a saber que acercamientos a distintos niveles sobre los límites demuestran en estos un comportamiento orgánico y dinámico, nunca estático.
El interior y el exterior se evidencian como una lectura rápida de la diferencia, es aquí donde todos los nodos del sistema cognitivo juegan un importante papel en la constitución del mismo; el espectador en calidad de receptor, la unidad, los límites, la ausencia y la siguiente unidad.
Sabiendo que gracias a esta coexistencia se establecen las partes, nos quedaría por entender; ¿Qué medio comunicativo, o de flujo informacional se utiliza para esta simbiosis?
Para tomar el ejemplo mas inmediato consideraríamos que nuestro cuerpo, o la manifestación física de nuestra individualidad, esta limitado por la piel y nuestro alcance; que ocupa un lugar en el espacio y que se diferencia de las otras cosas y de los otros por esto mismo, pero, ¿acaso el cuerpo no se comunica en esta reivindicación de individuo a través de las dilataciones?
Las dilataciones, o mas bien, rupturas metafóricas de lo que queda adentro, siempre cumplen la función de comunicar, de enviar y de recibir; toda estructura posee esta particularidad en cuanto sea reconocible y que reconozca.
Los muros, su interior y su exterior; son los espacios físicos manifestados de nuestra privacidad, nuestro hogar o nuestro trabajo son el radio de lo propio hecho visible e interactivo (de nuevo, como nuestro cuerpo), cumplen las mismas consignas de la unidad; por tanto, son las dilataciones, las ventanas y las puertas las que dejan entrever la información, las que construyen el tejido social y nuestra posición como parte del mismo.
Tenemos una boca para hablar, unos ojos para ver, unos oídos para oír; también en nuestros lugares físicos nunca a faltado una entrada o una salida, una apertura a lo que pasa afuera, una forma de manifestar lo que pasa adentro, vemos y aprendemos y entramos y salimos, y hablamos y miramos, y están ellos, que son como yo, y estoy yo que soy como ellos, cada uno ocupando un lugar en el espacio, cada uno entretejido, cada uno con su vida del otro siendo ellos mismos."
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